Esa noche, la sala explotó de gente de todas las edades. Los más nuevos para acompañar a aquel prócer del rock nacional y cantar o tararear sus canciones. Los más románticos, con más de cinco décadas a cuestas, emocionados hasta las lágrimas.
Claro, no era la banda original. Faltaban Ricardo Soulé y Rubén Basoalto. Pero Willy estaba muy bien acompañado por Carlos Gardelini y Simón Quiroga, quienes rescataron esa impronta propia del rock argento de los 70.
“Es muy importante para nosotros estar en enero en la costa, porque no es una cosa muy usual. Generalmente vienen las bandas grandes, auspiciadas por los municipios, y se hace difícil. Pero esta vez nos fue muy bien y la gente fue muy genial” me comentó Willy al terminar el espectáculo. “Estuvieron muy receptivos, tomaron parte, cantaron. Eso significa que la historia de Vox Dei, que lleva 48 años, no fue en vano.”
“¿Por qué seguimos vigentes? Porque no perdimos la esencia, la gente quiere seguir escuchando ese espíritu que está intacto, no es porque está de moda otra música u otra cosa como el reguetón o la bachata. Eso queda para las bandas que quieran hacerlo. Nosotros vamos a seguir siendo Vox Dei siempre.”
“¿Cómo es tocar con mi hijo? Maravilloso. Nos divertimos, nos reímos, y cada vez nos vamos conociendo más. Porque él tenía otra banda, yo otro batero... Y al que extraño muchísimo es a Rubén Basoalto pero la vida toma decisiones con las cuales no podemos estar de acuerdo pero es así.”
“Pero los viejos tiempos no los extraño, porque son momentos en donde aprendí; las recuerdo simplemente para empujar hacia adelante. No son cosas que me gustaría volver a vivir. En aquellos conciertos había milicos por todos lados donde te ponían el arma en la cabeza y hemos zafado ahí. Porque ganas de apretar el gatillo tenían…”
Wilfrido Aníbal Quiroga nació el 17 de mayo de 1940 en la ciudad de Río Cuarto, Córdoba. A fines de la década del '50 comenzó a incursionar en el rock hasta convertirse en uno de los miembros fundadores de Vox Dei.
Durante años vivió en la ciudad de Quilmes. Incursionó en el cine y tuvo varias bandas. Compositor, locutor y productor musical, trabajó en muchos proyectos hasta que en agosto de 2024 anunció su retiro definitivo por un cuadro de EPOC, ya que le impedía seguir cantando. Su despedida de los escenarios fue en julio de este año en el Pub Mr. Jones de la localidad de Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires.
“Hola amigos... Bueno, tengo que, desgraciadamente, darles una noticia que jamás quise dar. A mis 84 años, con todas las ganas de continuar, me ha aparecido una enfermedad, que no me permite cantar, ni tocar, ni continuar con la banda. Pero quiero agradecerles a todos mis amigos y a todos los que me han hecho el aguante durante tantos años. Se los agradezco, de todo corazón. Ya no puedo continuar”, había dicho en redes sociales unos meses atrás. Y este jueves 21 partió con el barba, para cantarle en persona La Biblia.
Aquella noche en Pinamar, cuando sonó "Presente", considerada la séptima mejor canción de la historia del rock argentino por la cadena MTV y la revista Rolling Stone, me estremecí hasta las lágrimas. “Todo tiene un final, todo termina” dice su letra. Pero Willy jamás se irá de nuestros corazones. Y menos su arte, que perdurará por siempre por los siglos de los siglos.
Amén.
22/11/2024