Uno puede imaginárselo resolviendo el cubo de Rubik, de corresponsal en un Mundial en Rusia, presentando un libro, al frente de un boliche histórico en Pinamar o simplemente endulzando su mirada al hablar de su familia. Es Javier Porjolovsky de hablar pausado pero firme, de carácter afable pero que no retrocede.

Hay para hacerle una parva de preguntas, el personaje es colorido y tiene resto para hacer atractiva cualquier charla.

            Para un costero un tema remanido es la temporada, la que pasó o la que viene.

            “Fue una buena temporada, sin quejas. Yo creo que en este caso lo que debe haber pasado es que la gran cantidad de gente hace que el pequeño dividendo que dejó cada uno haga una suma interesante, la gente no ha sido gastadora pero hubo mucha, supongo que un poco más o un poco menos a todos les habrá ido mejor que antes”, comienza evaluando.

            Hace muy poco fue víctima de un cuestionamiento por un balneario, una situación que lo irrita pero que no lo hace trastabillar ya que con el derecho de su lado no cede.

            “Fui vapuleado en los medios en una forma insólita porque no es el camino, se mencionó el nombre de Mauro cuando tampoco era lo que correspondía, a mi me parece que así no funcionan las cosas, por lo menos a mi no me gusta que las cosas pasen así, entonces salí a contestar. Esta playa es una playa histórica, con seguridad fue la primera playa de Pinamar porque es la playa que está delante del hotel Atlantic City que los belgas construyeron en 1914, según reza la placa municipal que está ahí. Esto se construyó unos 30 años antes que el benemérito Bunge pisara estas tierras, 40 años antes que Pinamar existiese, es decir, tiene muchísima historia y si el hotel Atlantic City está a 40 metros obviamente esa era la playa del hotel, con seguridad esa fue la primer playa turística de Pinamar. Ya por el solo hecho de eso deberíamos tener un respeto histórico de que playa se trata. En el año 49 sale un plano donde se arma Mar del Ostende, plano 3911/49, ahí se hace una cesión de calles de 15 metros, esa es la realidad, el plano, año más tardes los propietarios que junto con una parte de Mar del Plata son casos excepcionales en la costa argentina donde la playa es privada, hacen una delimitación de 3 parcelas, una de esas parcelas es de la que yo soy comprador con el tiempo, entre la parcela y la calle hay un espacio variable entre 5 y 30 metros que no es calle, porque la calle está marcada, entonces según el agrimensor seguramente es un remanente del loteo, cuando hay un remanente del loteo que es menor al 5% de la superficie como es ente este caso es susceptible de ser incorporado al frentista, el único frentista soy yo, por lo tanto en líneas generales yo me estoy invadiendo a mí mismo y no a un espacio público, esa es la realidad. Yo vengo con una habilitación ininterrumpida de más de 20 años, ejerciéndola, cuando llego en el año 2017 y necesito renovarla aparece un informe de la secretaria de Planeamiento  Gómez Beret donde dice que no se me puede renovar porque yo estoy invadiendo el espacio público y se me tiene que obligar a demoler, eso genera en el Concejo Deliberante una ordenanza que es atroz, malísima, una ordenanza con un carácter extorsivo terrible donde dice que si yo no firmo un convenio van a poner a la policía… todo feo… yo no quiero que el intendente firme ese convenio porque no lo quiero involucrar en ese hecho y me la aguanto, ya ni abro, no tengo la habilitación, no puedo tener el REBA, al año siguiente pasa lo mismo y este año se entiende la problemática, entonces Martin Yeza en algún momento me convoca, entiende de que se trata todo esto, entiende que hay que darle una solución a varios problemas y avanzamos con esta nota donde dice que yo no estoy invadiendo nada, se solucionan un poco los problemas y puedo trabajar habilitado y en realidad fue un esbozo, una semilla porque vino muy tarde, el 27 de diciembre, pero se sembraron las bases para hacer las cosas bien el año que viene. Y luego aparece esta nota”, monologa su explicación.

            Javier hace foco en la noche, recuerda que los 90 fueron más violentos, y que cuando se ha tratado de abordar la nocturnidad como un problema nunca se puso en valor su experiencia.

            “Mi trayectoria de casi 40 años es un aval suficiente como para no tener que andar explicándole a la gente quien soy y como tengo el tema de la noche incorporado y cuáles fueron los servicios que le di a Pinamar respecto a nocturnidad, porque durante más de 30 años nunca tuvimos un problema, siempre dimos sana diversión a muchísimas personas y sin tener incidentes”, explica y recuerda.

            Su conocimiento del tema le dan autoridad suficiente como para entender que la visión del Intendente Yeza sobre el tema es acertada, ya que el mandatario municipal apunta a esparcir la diversión nocturno y no a concentrarla como ocurriera en la época dorada de Ku y El Alma.