Pinamar (por Sergio Michnowicz).- La actriz Marcela Melfi dirige el taller de escritura “El Rinconcillo” desde hace muchos años. Y una de sus alumnas es la escritora Ana Cháves quien decidió dar un paso más en su afán de investigar a la palabra.

Este jueves en la Sala de Exposiciones del Complejo Cultura Teatro de la Torre inaugurará su primera muestra individual como artista plástica, que lleva por título “Guerreros del Arco Iris.” “Ana Cháves es una pinamarense tapada, digo yo, porque tiene su sangre de artista y es muy cautelosa cuando muestra sus cosas, entonces va muy de a poco” cuenta Melfi. “Yo tengo el placer de que ella sea parte del Grupo El Rinconcillo; es poeta, escribe muy hermoso, hace 20 años que está en el grupo literario y hace muchos años también que comenzó con artes plásticas.”

“Ha hecho una exposición acompañando a una colectiva en la biblioteca hace unos años de vitro fusión, pero en este caso es una muestra-instalación en donde -y esto me parece lo importante de Ana- se compromete con la ética, con el planeta, con todo lo que significa lo que estamos haciendo y cómo estamos invadiendo el aire, las aguas, la tierra de nuestro planeta.”

“Entonces aquí se juntan la belleza, el arte, y sobre todo esta denuncia” afirma la actriz. “Pero no diría denuncia porque todos sabemos las cosas que estamos haciendo mal o que no están bien y que muchas veces las callamos. Entonces esta idea de Ana Cháves que se llama Guerreros del Arco Iris, tal como se llamaba el barco hundido por los franceses, el barco de Greenpeace, nos habla de esto, de qué residuo le estamos dejando a este planeta que es el que nos permite vivir.”

“Guerreros del Arco Iris es una muestra donde van a encontrar 9 piezas hechas por Ana, y el día de la inauguración además de encontrarnos con esta exposición habrá una vernissage donde van a ocurrir otras cuestiones en las que estoy involucrada desde lo artístico también, que tienen que ver con retroproyecciones, con música y con este momento que proponemos de tomar un vino y juntarnos en el placer del arte. Pero en el placer del arte que nos permite crecer un poquito, recibirlo e irnos distintos a como vinimos, porque algún pensamiento, alguna sensación nos va a quedar adentro para pensar que es lo que estamos haciendo con los océanos y con el agua, sobre todo, que es lo que nos está salvando y es lo que estamos destruyendo de alguna manera.”

Es un llamado a la reflexión también por los tiempos que corren, donde declamamos que hay que hacer algo, pero nos quedamos ahí…

Sí, es muy difícil porque uno siempre piensa ¿qué puedo hacer yo individualmente más que lamentarme? ¿Cómo puedo aportar? Bueno, en este caso cada uno reconoce su espacio.

“Ana Cháves reconoció su espacio de artista y aporta a este planeta desde el arte y la estética. Digo, no podemos todos pretender ponernos un traje de buzo e ir a limpiar el fondo de los océanos porque no sabemos, no estamos capacitados, pero sí cada uno de nosotros creo que está capacitado para la reflexión y para tratar de manifestarse y compartir con los demás en el lugar donde uno se sienta capaz de hacerlo, cómodo, sin agresiones, sin violencia y tratando de modificar un poco el mundo en que vivimos.”

La cita es este jueves 6 de Noviembre a las 19 horas en Constitución 687 Pinamar.

En primera persona

“Crecí entre médanos, bosques y mar, el interés y el amor por la naturaleza crecieron conmigo” cuenta Ana Cháves. “En cada intercambio silencioso, con vientos y olas encrespadas, en los inviernos desolados de marzo a diciembre, sentía el carácter y la osadía que me cautivaban. Luego, los documentales de Jacques Cousteau, momentos sagrados que también remarcaban la pasión por los océanos y la diversidad marina.

A mis padres les gustaba pescar, los fines de semana en temporada estival, hacíamos excursiones en jeep al codo del Rosario y al Cementerio de Caracoles. Hoy desconozco si siguen existiendo esos lugares. Ha cambiado mucho la costa desde aquellos tranquilos años 70 en Pinamar. Ellos, sin saberlo, me transmitieron desde muy niña, el ejercicio de contemplar la inmensidad, percibir la calma y atesorar sus beneficios. Atardeceres inolvidables con o sin pesca. En definitiva, una mujer muy afortunada, creadora por puras influencias e inspiración natural.

Todas estas vivencias entre otras, me condujeron a crear desde ese punto de origen. Con la única tecnología que contábamos, una tele de dos canales que eran más para imaginar que lo que se podía ver en realidad, y en esos espacios de tiempo libre, experimentar con materiales diversos e inventar un universo propio.

Al igual que mis obras en vitrofusión entre azules y turquesas, también hablan en su mayoría de lo mismo que ésta serie, el mar con sus peces y el mundo misterioso e incierto que no vemos.

El nombre de la muestra lo elegí en honor a Greenpeace, por sus batallas a bordo del icónico barco que lleva este nombre, el Rainbow Warrior (Guerreros del Arcoiris). Se cree que se inspiraron en una leyenda india que habla de la unión de los guerreros para salvar la tierra.

Esta producción que hoy presento consta de nueve pirañas que realicé durante el año con la técnica de collage, utilizando chatarra sobre madera. Las bases están intervenidas con distintas técnicas. Para el ensamble, cada pieza lleva un tiempo de componer, respetando las emociones que me provoca la combinación de elementos. Busco lo extraordinario en lo imperfecto, con pedazos de herencias que han tenido una vida previa. De pronto esa “basura” forma parte del presente teniendo una segunda oportunidad. Además de poner luz en fragmentos descartados, el objetivo final no es la belleza sino, que exterioricen un mensaje ineludible y revelador: Son gritos silenciosos, con el fin de hacer sentir los latidos desesperados del mar y su hábitat.

Es nuestra responsabilidad proteger el mar y la naturaleza toda.

La salud de los océanos, está directamente vinculada a la supervivencia

humana.”

04/11/2025