La madariaguense Mónica Martín es profesora de Educación Física y ciudadana del mundo. Resultan pocos los adjetivos para calificar su basta y valiosa experiencia en lo que se refiere a la ayuda humanitaria .
Hija de “Rosita” Bigorito y del recordado Enrique “Corcho” Martín, realizó tareas humanitarias en distintos continentes. Trabajó en lugares donde se vivían conflictos bélicos como la Franja de Gaza, Sri Lanka, países de África, entre otros, ayudando a refugiados a atravesar y hacer más leves esas complejas situaciones.
Su experiencia y valentía le permiten hoy estar trabajando en el Reino Unido, en una prestigiosa institución como lo es Save The Children.
En esta nota, nos cuenta su presente en la ciudad de Hull, ubicada al norte de Londres y su experiencia como Casco Blanco en la conflictiva Franja de Gaza (Palestina), donde hoy es epicentro de cruentos enfrentamientos entre el grupo Hamas y el ejército israelí.

¿Qué actividad realizas en Inglaterra?

“Trabajo para una ONG que se llama SavetheChildren, sería “salvar a los niños” o “salvar la infancia” en español, y mi tarea es conseguir fondos para los proyectos que implementa la ONG en distintos países. 

Trabajo con determinados países de África y algunos de Asia ayudando a escribir propuestas para que los donantes pongan los fondos para proyectos de diferentes áreas como lo sonla educación, sanidad, alimentación, etc.

¿Desde cuándo trabajas en esta ONG?

“Yo estoy en este puesto desde hace cinco años y medio más o menos…”

También trabajaste como Casco Blanco en la Franja de Gaza. Contanos tu experiencia allí

“Sí, ese fue mi primer viaje afuera y mi primer proyecto fue con los Cascos Blancos en el 97.Fui a la Franja de Gasa a desarrollar un proyecto de recreación y educación física, que era mi profesión.

Yo ejercía como profe de educación física en Mar del Plata y me fui a Gasa a hacer este proyecto con los Cascos Blancos, proyecto en el que me mantuve con idas y vueltas por más de tres años. También lleve a cabo un proyecto similar en el Líbano.”

¿Qué recuerdos te quedaron de esa vivencia?

“Me quedaron muchos recuerdos. Lamentablemente estos días, con lo que está sucediendo allí, se me vienen muchas imágenes a la cabeza y recuerdo muchas cosas.

Yo fui a la Franja de Gasa sin saber mucho a dónde iba. En esos tiempos no había tanta información sobre el lugar. Mi tarea y la de mis compañeros de equipo era fomentar la educación física y la recreación como una manera de aliviar la situación de conflicto que vive Palestina desde el año 1948.

La gente allí es muy solidaria,comparten todo lo que tienen. Fue algo que me llamó la atención desde el principio porque ni bien llegué la gente me invitaba a comer a sus casas sin conocerme, querían que fuera. Y era gente de bajos recursos, gente por ahí que no tenía mucho, pero lo que tenían lo compartían. Recuerdo mucho estar sentada en el suelo, costumbre que allí es muy común, y comer todos de una misma fuente en el ámbito de una familia de bajos recursos que tenía solamente eso para comer y compartir. Llegó un momento que tuve que dejar de aceptar invitaciones porque tenía demasiadas y no podía trabajar porque todo el mundo quería que fuera a sus hogares o simplementeir a tomar el té.”

¿Te quedaron afectos allí?

“Me quedaron, pero con el tiempo se fueron diluyendo un poco, dejé de estar en contacto, pasó mucho tiempo... Pero conservo algunos contactos con los que mehe mandado mensajes a través de Facebook.Actualmente tengo miedo de que no me respondan…”

Entre las actividades que desarrollaste ¿Cuál consideras cómo más importante?

En principio, bueno,el proyecto era desarrollar recreación y actividades de Educación Física en varios centros de juventud que estaban ubicados en campos de refugiados. Pero todo estaba un poco en el aire, nosotros definimos el proyecto cuando llegamos allá y empezamos a hacerlo sobre la marcha. Una de las cosas que pude desarrollar fue fomentar la práctica del vóley, enseñé como se jugaba a los chicos y sobre todo incluí a las niñas, porque no se las sumaba en ningún tipo de actividad deportiva ni recreativa, eso fue muy satisfactorio.

¿También tuviste experiencia como profe de natación?

Sí, eso ya fue una actividad privada, no con los cascos.Me contrataron en un club para dar clases de natación para mujeres y tenían muy pocas alumnas. Cuando yo llegué había cuatro nada más, porque el profe era un hombre.Cuando se enteraron de que había una mujer dando clases, se nos llenaron los cupos y tuvieron que poner más horarios.Llegó un momento en que tenía como tres o cuatro clases por día y veinte personas una de ellas.

En estos momentos se está viviendo una tregua en el conflicto entre Israel y Hamas. ¿Qué reflexión podés hacer al respecto?

Ojalá que la tregua sea más larga y que durante estos cuatro días puedan hablar y llegar a algún acuerdo. Es muy triste lo que está pasando, es difícil entender cómo un país como Israel, con tantos recursos, quiere hacer o hace lo que está haciendo… Solo espero que no haya más violencia y espero que, sobre todo, se frenen los ataques sobre la franja y que deje de morir gente inocente de ambos lados.

Es muy triste que no se puedan sentar a una mesa, hablarlo y tratar de llegar a un acuerdo.

¿Querés agregar algo más?

Quiero decir que Madariaga es como un cable a tierra. Tengo varios lugares en el mundo y sumo a Madariaga, a Palma de Mallorca, España, y a Hull, Inglaterra, donde actualmente trabajo.

Cuando uno es joven se quiere ir, pero cuando pasa el tiempo uno quiere volver a su lugar de origen. Con los años te das cuenta de los valores, la gente, la autenticidad y las cosas buenas de los pueblos… siempre es lindo volver.

Por último, quiero agregar que yo hace muchos años me fui del país, pero respeto mucho a la gente que se quedó para trabajar en él, a pesar de las cosas que suceden. Ojalá todo mejore.