Días atrás, el Gobierno Nacional anunció la disolución de la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos) y la creación de la ARCA (Agencia Nacional de Recaudación y Control Aduanero), entidad que asumirá las competencias y funciones asignadas a la AFIP por la legislación vigente, anunciando también que se reestructurará con una reducción de aproximadamente un 45% de las autoridades superiores y un 31% de los niveles inferiores de la estructura actual.
En este sentido, dialogamos con el Delegado Gremial del distrito Pinamar de la AEFIP, Dario Alaniz, quien nos cuenta en esta nota sobre los efectos de la campaña de difamación que están sufriendo los empleados y la situación por la que está atravesando el organismo:
“Lamentablemente, durante mucho tiempo se creó una imagen sobre este organismo que lo ponía en el lugar del malo de la película. Y a veces hasta fue promovida por los distintos gobiernos con la idea que de esa forma se promovía el mayor cumplimiento de las obligaciones fiscales por parte de los contribuyentes. Esas campañas, más allá del efecto que pudieran haber logrado, lo que generaron es, en algunos casos, mucha distancia entre los trabajadores y trabajadoras y las comunidades de las cuales formaban parte.
El problema es que no se promocionaba de igual forma el valor de nuestro trabajo, que no se le explicaba a la población en general que nosotros no fijábamos las políticas públicas, que sólo las cumplíamos y que nuestra responsabilidad era hacerlas de la forma más justa posible acompañando a la ciudadanía, ayudándola en el cumplimiento de sus obligaciones y de esta manera pagar los salarios del personal médico, de los docentes, del mantenimiento de las escuelas, de los hospitales, de los servicios públicos, etcétera y etcétera”.
¿Ustedes sienten que hay una campaña contra ustedes?
“Esta distancia propició la aparición de muchas acciones de difamación hacia los trabajadores y trabajadoras de la administración pública, y que normalmente coincidían en un punto: en hablar de salarios que estaban muy lejos de los que realmente percibíamos pero que servían de disparador para muchísimas campañas de odio.
A diferencia de lo que ha ocurrido históricamente con estas campañas de difamación a las que lamentablemente estamos acostumbrados, en este caso está siendo impulsada por el gobierno para el cual trabajamos. Es importante destacar que los trabajadores y trabajadoras de la AFIP no somos parte de la fuerza política gobernante, ni de esta ni de la anterior ni de la que lo precedió, somos empleados y empleadas del Estado Nacional”.
¿Cómo son los salarios de los trabajadores?
“Falso y maliciosamente se está intentando instalar en la ciudadanía que los salarios de los trabajadores y trabajadoras de la AFIP están en el orden de los 30 millones de pesos. Las únicas 21 personas que perciben ingresos en ese orden son la Administradora Federal y 20 asesores que fueron instalados o contratados por la propia Administradora actual y a los cuales ella misma les fijó el valor de sus contratos.
Los salarios de los trabajadores y trabajadoras de este organismo comienzan a partir del millón, millón doscientos mil pesos mensuales y después pueden incrementarse en función de las tareas que desempeñen, la carrera administrativa, la antigüedad, los títulos universitarios, etc.
Naturalmente entendieron que era necesario una campaña de difamación de este tipo para acompañar a una medida tan violenta como fue la disolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos que fue anunciada como una feliz medida por la Casa Rosada el día martes. Como corolario de esos anuncios, siguieron las agresiones a través de las redes sociales de manos del propio presidente muchas veces”.
Se anunciaron muchos despidos en ese organismo…
“Teníamos un número de 3.155 trabajadores y trabajadoras que, según se jacta el gobierno, van a quedar sin trabajo. Y eso también genera una angustia muy importante dentro de los compañeros y compañeras.
Ningún trabajador y trabajadora de este organismo se asusta con las reestructuraciones. De hecho, este organismo ha ido mutando muchísimo a lo largo de los años, allornándose tanto a las épocas que nos ha tocado atravesar como a las distintas políticas que se han llevado adelante por las gestiones que nos han gobernado.
Vemos como funcionarios del Ejecutivo se jactan y festejan sobre la pérdida de puestos de trabajo, sobre la pérdida de lo que era nuestra identidad, porque al quitarnos el nombre con lo que se quedaron es con eso, con nuestra identidad”.
¿Cuáles son sus expectativas de ahora en adelante?
“Lo que nos preocupa profundamente, además de la estabilidad de nuestra fuente laboral y por ende de los ingresos que llevamos a nuestras casas y a nuestras familias, es qué va a ocurrir en el futuro con semejante paralización del ente recaudador nacional.
Porque nos entendemos como el segundo eslabón, porque como decía, no somos quienes fijamos las políticas tributarias, pero sí el segundo eslabón en toda la cadena que termina en los servicios públicos que llegan hasta la ciudadanía. Entonces, si ese segundo eslabón se rompe, ¿qué queda del resto que lo siguen?
Hay que aclarar que ña disolución de AFIP no implica el no pago de impuestos. Los impuestos no desaparecen y, de hecho, muchos aumentan por encima de la inflación”.
¿A quienes beneficia esta medida?
“La desaparición de AFIP beneficia solamente a los grandes evasores que van a perder el control que se venía ejerciendo sobre ellos. Ellos son los reales beneficiarios de esta medida”.
¿Querés agregar algo más?
“Agregar que no queremos, como pasó con otros organismos, decidan levantar y cerrar oficinas que funcionan en distintas comunidades y que nos permiten establecer una relación más directa con los contribuyentes y acompañarlos y ayudarlos en todo el proceso de cumplimiento de sus obligaciones. Hay que pensar que en el caso que se cierre la dependencia en Pinamar, los contribuyentes, vecinos y vecinas deberán trasladarse a Mar del Plata para hacer sus trámites.
Por último, lo que sigue son medidas de fuerza, el incremento y la profundización de las acciones que ya comenzaron el pasado miércoles con las asambleas que se llevan adelante en todos los lugares de trabajo y con la suspensión de la atención al público de 10 a 12 h. No se descarta que estas medidas se profundicen y se llegue a un paro general de actividades para la próxima semana”.