Visitaron la redacción de EL MENSAJERO representantes de Bodega Gamboa, emprendimiento en crecimiento que se desarrolla en el kilómetro 24 de la ruta 74, frente al barrio Kennedy de Madariaga.
En esta entrevista, compartieron detalles del proyecto, sus expectativas y el novedoso modelo de inversión participativa.

¿Cuál es el origen de Bodega Gamboa?
Marcelo Chocarro (gerente): Somos una bodega familiar. El primer proyecto está ubicado en Cardales, provincia de Buenos Aires, y es la bodega más cercana a la Ciudad de Buenos Aires. Contamos con viñedos, restaurante y equipo enológico y agronómico propio. También formamos parte de una red internacional de viñedos urbanos: tenemos uno en pleno centro de Buenos Aires, a tres cuadras de Plaza de Mayo, dentro del Hotel Intercontinental.

¿Y por qué eligieron Madariaga?
Chocarro: Es un lugar estratégico, muy cerca de Pinamar, Cariló, Costa Esmeralda, en una zona que se está convirtiendo en un nuevo polo turístico. Buscamos insertarnos en ese cambio del turismo estival y de descanso, aportando una experiencia distinta.
¿Cuál es el diferencial que propone Bodega Gamboa?
Chocarro: El consumo de vino por botella está bajando, pero crece la demanda de experiencias. La gente quiere ser protagonista: hacer su vino, su etiqueta, participar de la poda o la cosecha. Por eso desarrollamos Mi Finca, un sistema de parcelas con viñas propias.
Cada socio adquiere una parcela de 40 plantas. Tiene un título de propiedad, heredable y transferible. Puede elaborar su propio vino, con etiqueta y marca personalizada, asistido por nuestro equipo enológico y de diseño.

Oscar Lupiz es uno de los primeros inversores del sistema Mi Finca, con participación tanto en Cardales como en Madariaga.
¿Cómo llegaste al proyecto?
Oscar Lupiz: Vi un anuncio por internet. Coordiné una visita a Cardales y me impactó: la bodega, la gastronomía, el viñedo. Me entusiasmó tanto que compré también en Madariaga. Ya participé de varios eventos, como la Noche de Suiza o Austria, con embajadores, cenas temáticas y degustaciones. También hubo actividades como un blending donde hicimos nuestros propios vinos.

¿Qué destaca del proyecto?
Lupiz: Además de lo atractivo, destaco la camaradería y lo familiar. Voy con mis hijos, uno ya es socio también. El lugar tiene un gran potencial para crecer, sobre todo en la costa, donde tengo casa en Valeria del Mar.
¿Cuál es el aporte técnico que buscan generar desde la región?
Chocarro: En el mundo hay regiones como Galicia o Nueva Zelanda que producen vinos con influencia oceánica. Argentina no tiene ese concepto aún. Pero Madariaga, con su clima templado atlántico, lluvias y menor radiación solar, ofrece condiciones para vinos más frescos, con cuerpo medio y alcohol moderado. Ya estamos trabajando con enólogos y técnicos de reconocidas bodegas para desarrollar este perfil desde la costa bonaerense.
Patricia Tausen, Licenciada en Turismo, también se sumó al equipo de trabajo.
¿Qué te atrajo del proyecto?
Patricia Tausen: Me pareció una propuesta disruptiva, que aporta una nueva visión turística a la región. No solo en lo enológico, sino también como sede para eventos de categoría. Tiene un fuerte impacto en toda la economía local.

¿Lo considerás un proyecto regional?
Tausen: Absolutamente. Aporta a la identidad y la integración entre Madariaga y Pinamar. Creo en el trabajo conjunto entre municipios y este proyecto lo favorece.
Mariela Ricci, otra integrante del equipo Gamboa en Madariaga, resumió su tarea.
¿Cuál es tu rol en la bodega?
Ricci: Coordino el funcionamiento diario, recibo a los socios, me ocupo de que todo esté en orden. Estoy muy entusiasmada con el proyecto. El lugar es hermoso y tiene mucho para ofrecer.
¿Cómo sumarse?
Ricci: Quienes deseen conocer más sobre el proyecto pueden contactar al equipo a través del número telefónico 2267 661171 o al Instagram: @bodegagamboa / @mifincagamboa
