María Josefa Bonazza, la mujer de 79 años que sobrevivió al trágico derrumbe del edificio de 10 pisos donde se encontraba el hotel Dubrovnik de Villa Gesell, logró recuperarse y este miércoles salió de terapia intensiva.
'Pelusa', como la llaman sus seres queridos, había ingresado la semana pasada de urgencia al Hospital Municipal Felipe A. Fossati de la ciudad bonaerense de Balcarce, de donde es oriunda, debido a una descompensación que sufrió entre la noche del martes y la madrugada del miércoles.
Por entonces ya descansaba en su casa luego de permanecer varios días internada, primero en Mar del Plata, donde fue trasladada por las múltiples heridas que sufrió en el derrumbe, y luego en Balcarce.
Tras los chequeos de salud que realizaron este martes los profesionales, se decidió que dejara la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) y pasara al área de clínica médica para continuar con su recuperación.
Bonazza fue la única sobreviviente del trágico accidente. Su marido, Federico César Ciocchini, de 84 años, y con quien se había hospedado en un departamento del Alfio I, edificio lindero al Dubrovnik, murió a raíz del derrumbe.
El matrimonio vivía en Balcarce, pero el día anterior del derrumbe había arribado a Villa Gesell para reunirse con una mujer, la cual se iba a hacer cargo del recibimiento de turistas en su domicilio durante la temporada de verano.
En declaraciones radiales, la sobreviviente describió la caída de escombros en la noche del lunes 28 de octubre de la siguiente manera: 'Escuchamos dos explosiones muy fuertes y luego se produjo el desplome del edificio'.
En diálogo con la radio 100.9, Bonazza destacó que lo primero que recuerda es el estar atrapada entre los escombros y un solo grito de dolor de su pareja: 'Noté que mi marido no me respondía'.
'En los primeros minutos, le pedí que no se moviera, que ya nos iban a rescatar', recordó. Sin embargo, Ciocchini fue la primera víctima que se conoció del desmoronamiento del edificio.
En tanto, en una entrevista televisiva, Bonazza relató cómo fue enterarse de la muerte de su compañero de vida durante '48 años felices': 'Por suerte pude mantener la calma a pesar de lo que sabía que le había pasado a mi marido. Lo vi morir. Sentí que fue instantáneo. Me queda el consuelo de que no debe haber sufrido mucho'. (PAGINA 12)