La costa bonaerense comienza a perfilarse como un nuevo territorio para la vitivinicultura argentina y General Madariaga forma parte clave de esta apuesta. Así lo destaca una nota publicada en LA NACIÓN, donde el emprendedor Eduardo Tuite —fundador de Bodega Gamboa en Cardales— detalla su nuevo proyecto: la creación de un viñedo en suelo madariaguense inspirado en zonas vitivinícolas de clima oceánico como Galicia, Uruguay o Nueva Zelanda.

“El lugar combinaba condiciones ideales para la plantación y, al mismo tiempo, tenía esa ruralidad que buscábamos para el desarrollo del enoturismo”, expresó Tuite, quien junto a un equipo de ingenieros agrónomos y enólogos comenzó a trabajar en un campo de 36 hectáreas a solo 500 metros de la Ruta 74. La primera etapa incluyó la plantación de seis hectáreas con cepas como Pinot Noir, Sauvignon Blanc, Riesling, Malbec y Marselan.

La idea es clara: aprovechar los vientos del Atlántico y un clima más húmedo pero estable para desarrollar vinos “frescos, de baja graduación alcohólica y buena acidez”, tal como señaló Marcelo Chocarro, director de Relaciones Institucionales de la bodega, quien además destacó que “ya hay un pequeño viñedo en Macedo, pero esta es la primera bodega en el partido que tiene impacto productivo regional”.

La iniciativa, llamada BrewSelBar, ya cuenta con infraestructura para procesar hasta 60.000 litros de vino y se proyecta como una propuesta integral que incluye turismo enológico, restaurante, sala de socios, hotel rural y la posibilidad de que los visitantes puedan tener su propia parcela de viñedo.

Con la primera cosecha prevista para 2026, Madariaga se suma así a un movimiento que propone “explorar un nuevo concepto, tanto en lo productivo como en lo comercial y turístico”, abriendo un nuevo capítulo para los vinos argentinos desde la costa atlántica.