El presidente de FAE (Fé, Amor y Esperanza) Rubén Ceccato visitó ayer nuestra redacción y brindó detalles, entre otras cosas, del tercer objetivo fundamental de la institución desde sus inicios, la construcción de un hogar para el día que los chicos que no tengan un familiar directo con quien quedarse.

"En los últimos días terminaron y colocaron el cartel de lo que sería el tercer sueño de FAE cuando se inició el taller y la obra, hace treinta años. Nos queda pendiente ese sueño. El primero era el Taller Protegido y el segundo fue el Centro de Día", comentó Rubén.

Y completó: "A raíz de la compra del colectivo, nos sobró un dinero que el municipio nos dio porque salió menos de lo que pensábamos. Por eso, en la comisión decidimos dar inicio a ese tercer sueño, y así fue que empezamos con Jorge Bonavita y su esposa Virginia Zannini como Arquitectos a diagramar el proyecto que tenían pensado cuando se inició FAE. Después ellos lo plasmaron el papel e hicieron ese render que pusimos hace dos días en el taller. En octubre del año pasado empezamos a querer armarlo.

Con las ideas de la gente que está en la comisión hace mucho tiempo y otros aportes que han hecho Jorge y Virginia se logró hacer ese nuevo formato que es una L, la cual contaría con cuatro habitaciones dobles cada una, es decir para ocho personas, un baño para varones y uno para mujeres, un lavadero, una cocina, un comedor para almorzar y cenar diez personas, y una sala de estar para que puedan disfrutar del tiempo libre, porque ese va a ser su lugar donde van a vivir el día de mañana cuando queden solos, para que no se produzca ese desarraigo de tener que irse de Madariaga después de tanto tiempo de haber vivido acá, toda la vida".

"En su momento el proyecto fue ese, tener un  lugar para los chicos cuando sean grandes y su familia no esté. Que en vez de tener que salir de Madariaga porque los judicializan y los llevan a un hogar o a un instituto fuera de acá, tengan donde quedarse para poder seguir viviendo en su lugar, donde estuvieron toda la vida", subrayó.

"Dimos comienzo con el cartel, están haciendo los planos y ojalá podamos, en una primera etapa, empezar a construir los cimientos. Esa es la idea, creemos que el dinero lo tenemos. Esperamos que la pandemia termine pronto, poder juntarnos y trabajar un poco más. Es una obra que creemos que va a llevar un tiempo bastante prudencial, por los costos más que nada. Si bien cualquier obra lleva entre 6 y 8 meses de trabajo, en este caso son 200m² mas o menos, calculo que en 12 meses se hace. Pero depende mucho de tener el dinero para hacerlo. Pero bueno, ojalá que sea  ponto y que se pueda terminar para que los chicos tengan un lugar donde estar el día de mañana".

- ¿Cómo los encuentra la pandemia?

Si bien nos golpeó, como ha todo el mundo, como institución nos encuentra bien. Tuvimos que cerrar en cuatro oportunidades el taller, desde marzo hasta ahora, pero nunca por cuestiones del taller justamente, sino por la cantidad de contagios que había en Madariaga.

El lunes pasado fue que comenzaron de nuevo a trabajar los operarios y a asistir los chicos del Centro de Día en grupos reducidos. No estamos haciendo la parte del comedor como antes. Los chicos del Taller Protegido van tres horas a la mañana y tres horas a la tarde, y en el caso del Centro de Día van dos horas y media por día. Como te decía, en grupos reducidos, pero por lo menos están yendo. Y eso se ve que a los chicos les gusta, les hace bien. El año pasado, a mitad de año, empezamos a hablar porque veíamos retrocesos en algunos por no ir. Pero por suerte después, al mes y medio de volver, habían vuelto casi a la normalidad de  lo que era antes de la pandemia. Así que eso nos alegra mucho y por eso trabajamos tanto para que ellos puedan estar tanto dentro del Taller Protegido como del Centro de Día.

Por último, Ceccato expresó: "Quiero agradecer al medio, como siempre, que están presentes con nosotros para ayudarnos, y pedirle a la comunidad que nos sigamos cuidando lo más que podamos".