Pinamar (por Sergio Michnowicz).- El termómetro marcaba ayer 24 grados a las 15 horas. Y muchos pinamarenses se animaron a salir y acercarse hasta la playa, que se presentó ideal para tomar mate, darse un chapuzón, caminar o simplemente compartir en familia. La pandemia preocupa, pero en la medida que todos respetemos las reglas, toda la vida será más fácil.

Los kayaks estuvieron de parabienes. Varios pescadores se animaron mar adentro para traer unos excelentes frutos de mar. Uno de ellos, al llegar a la costa, mostró con orgullo el resultado de la jornada: 35 corvinas de distintos tamaños, que serán repartidos entre la familia y amigos. Hace tiempo que la pesca de costa con caña bajó en intensidad, por eso salir a la mar bien adentro es sinónimo de éxito asegurado.

Otros en cambio prefirieron llevar a sus mascotas para que se mojaran un poco. Un señor buscaba que su perrito, muy chiquito él (el perrito, aclaro) desafiara las ondas del agua. Para que jugara un rato y pudiera ladrar a los caracoles…

Más allá, un padre ejemplar desafió a su hijo con la pelota. Y enseguida se armó un picadito de dos donde divertidos se sacaban la redonda en medio de piques cortos y pases imperfectos.

Claro está que también el amor estuvo presente. Aprovechando el tibio sol, algunas damas se animaron a la bikini y despertaron muchos suspiros entre la ocasional platea masculina. Claro está, ante la atenta mirada de aquel que tiene su corazón.

A la altura del muelle, hubo quienes se animaron a domar las olas y salieron con sus respectivas tablas. Los más chiquitos miraban lo que hacían esos locos en el agua. Y las señoras se cansaron de sacar fotos a esos intrépidos.

Para este domingo las condiciones meteorológicas serán estupendas. Con algunas nubes y una máxima estimada en 23 grados. ¿Qué más podemos pedir?