Pinamar (por Sergio Michnowicz).- Fue la noticia de ciencia más destacada de aquel año 2011. La “Máquina de Dios”, también conocida como Gran Colisionador de Hadrones (LHC), es un acelerador de partículas creado por el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) con sede en Ginebra, Suiza, y que se encuentra en un túnel circular de 27 kilómetros de circunferencia, bajo la frontera franco-suiza. Su objetivo es estudiar el origen del Universo y la materia de la que está hecho.
El LHC es el acelerador de partículas más grande y poderoso del mundo. Funciona enviando dos haces de protones en direcciones opuestas a velocidades cercanas a la de la luz, hasta que chocan entre sí en detectores gigantescos. Estos choques generan altísimas energías que permiten estudiar los elementos que componen la materia.
El LHC ha permitido confirmar la existencia del bosón de Higgs, una partícula que da masa a todas las demás. También ha permitido investigar la materia oscura y la energía oscura.
El LHC ha sido objeto de críticas y acusaciones, como la de un grupo de científicos que denunció que podía generar agujeros negros. Sin embargo, la comunidad científica mundial rechazó esta denuncia, ya que el agujero negro que se podría formar sería extremadamente pequeño.
Un argentino en el equipo
José Luis Gómez Costa (66) es ingeniero electrónico, egresado de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Mar del Plata en 1985. Cuenta que “hace varios años tuve la suerte de ir a trabajar en el CERN como parte de un intercambio entre el laboratorio de instrumentación y control de la facultad. Normalmente iba por un año, pero me casé y tuve la suerte de entrar en el CERN y desde ahí hasta el año pasado que me jubilé. Trabajé como ingeniero electrónico en el grupo de convertidores de potencia, que es un grupo del Centro que desarrolla sistemas de conversión de energía para controlar el haz de partículas que giran en el acelerador, y que forma parte de las experiencias del CERN.”
“Para hacer eso, para tratar de entenderlo, lo que hace es romper las partículas” aclara. “Es como si uno quiera entender cómo está una casa, entonces rompo el techo para ver cómo está hecho, rompo las paredes para ver cómo está hecho. Pero no creo algo nuevo, rompo para ver lo que sale. Y si lo que sale es lo que yo pensé que iba a salir, bueno, mi teoría es correcta. Si lo que encuentro no es lo que yo pensé que iba a encontrar, bueno, hay alguna cosa para continuar investigando y continuar aprendiendo. El CERN trata de comprender las cosas. No quería cosas nuevas.”
Antes se llamaba Centro Europeo de Investigación Nuclear y ahora Organización Europea para la Investigación Física. “Digamos, hay un cambio de vocablos, pero todo el mundo la sigue llamando CERN. Es un instituto de investigación que está en Europa, entre Suiza y la Francia, y en el que participa una cantidad inmensa de países. La mayoría de los miembros son países europeos, pero también está Israel, hay países miembros asociados, miembros observadores… La Argentina es observador o asociado, pero todos tienen una serie de obligaciones, tienen que colaborar, aportar, y después los países asociados pueden participar en las experiencias.”
“Participar significa que tienen que aportar cosas, ya sea componentes, y pueden enviar personal para participar, que sean físicos o lo que sea. Los países observadores también tienen otras, hay varias categorías en función de lo que un país puede hacer” recordó el ingeniero.
“Por ejemplo, en el CERN no hay un solo acelerador, hay muchos aceleradores que funcionan, podríamos decir, en cascada. Es decir, hay uno que genera y le da una poca energía, después pasa otro, después pasa otro y después pasa el LHC. Todos esos intermedios fueron desarrollados hace tiempo, pero se aprovechan la infraestructura, las máquinas que están, los equipos, porque sale muy caro hacer el desarrollo. Y en estos momentos, los países no están para decir, bueno, sí, vamos a dar miles de millones de euros para la investigación pura. Por eso se trata de reutilizar, aprovechar lo que ya se construyó como una base para seguir avanzando.”
“Pero siempre fue con el mismo espíritu, es decir, tratar de ir a la frontera de lo que se conoce, a la frontera de la ciencia, para poder avanzar. Hace unos 30 años fue el LEP, antes hubo otros aceleradores, pero siempre lo que se trata de hacer es, para continuar avanzando en el conocimiento, quiero saber de qué está hecha la materia, de qué está hecho esto. Y para eso necesito hacer una serie de experiencias. Para hacer esas experiencias, ¿qué necesito como equipos? ¿Qué necesito como infraestructura? ¿Qué infraestructura tengo? ¿La puedo utilizar? ¿Qué necesito construir? Por ejemplo, el túnel del acelerador en realidad no es lo más importante sino las experiencias. El acelerador es como si fuese una autopista. Este túnel tiene 27 kilómetros de circunferencia y se estima que alrededor de 2030 y pico, con todas las mejoras que se van a hacer, en esa época no se va a poder seguir avanzando en el conocimiento. ¿Por qué? Por limitaciones propias del equipo. Entonces, se está analizando la posibilidad de construir un acelerador con 100 kilómetros de circunferencia, más o menos. Es decir, que va a ser una cosa inmensa. ¿Por qué? Porque se sabe que, con lo que tenemos ahora, vamos a poder probar teorías hasta un cierto punto. Y si queremos seguir avanzando, tenemos que construir otra cosa.”
“Si tenemos que hacer eso o hacemos algo lineal de 50 kilómetros -que es otra cosa que se está estudiando, pero es muchísimo más complejo- o si lo queremos hacer con algo que sea circular para mantener las partículas en un trayecto circular, se necesita mucha energía. Para las partículas, para tratar de mantenerlas girando en una trayectoria circular, cuanto más grande es la velocidad y más chico es el anillo, le tenemos que poner una energía terrible para mantenerlas en esa trayectoria.”
“Por ejemplo, toda la tecnología de la web fue desarrollada en el CERN como una necesidad propia para los científicos y que después se dio al mundo. Si hubiese sido desarrollado por una empresa privada no hubiese sido tan grande el desarrollo. O en otros campos como, por ejemplo, la parte de criogenia, es decir, de trabajar elementos a una temperatura muy baja que ahora se puede pensar a utilizar para el transporte de energía o las aplicaciones de tratamientos médicos con partículas que son también un campo de aplicación ahora de esos conocimientos. Lo que pasa es que es un poco difícil de entender cuál es la aplicación inmediata. Es conocimiento puro. Entonces, eso es beneficioso a largo plazo para la humanidad. Porque no sabemos qué vamos a poder sacar de ahí. Pero, evidentemente, vamos a poder sacar cosas como ha pasado con todos los desarrollos, con todas las investigaciones y las ansias de conocer de la humanidad.”
Un átomo y más
Preguntado si trabajaron con todo tipo de átomos o con algunos específicamente, el Ing. Gómez Costa dijo que no. “Depende de lo que se quiere investigar Hay algunos tipos de partículas que se utilizan, o si son iones plomo, o depende de lo que uno quiera hacer. El acelerador tiene la posibilidad de trabajar con distintos tipos de partículas básicas y depende de lo que los físicos quieran hacer. En el año hay dos o tres runs, es decir, dos o tres periodos que utilizan distintos tipos de partículas en el acelerador para distintas finalidades. Y en la última parte del año son iones plomo que depende lo que se quiera analizar. No es tan importante la partícula que se utiliza, sino qué es lo que queremos probar con la experiencia que se hace.”
“Aprendemos sobre lo que descubrimos y sobre lo que no descubrimos. Entonces, se piensa en ese experimento y después se piensa ¿qué tengo que construir para poder probar esto? Y así es como se construyó el LHC para encontrar ciertas teorías o probar otras. Por ejemplo, el bosón de Higgs, que es una partícula que se dice que sirve de intercambio para la masa. Entonces, eso fue lo que se quería probar: la existencia de esta partícula.”
“Pero la cuestión no es que uno quiso encontrar la partícula original, porque no se sabe si va a haber una partícula original sino las seis partículas que ahora se considera que constituyen todas las materias, no hay nada más adentro, no se sabe por el momento. Después se va a construir una máquina más grande para probar si es que hay algo más, o hay algo más que no sabemos. Es decir, la cuestión no es que se hizo esto para encontrar la partícula originaria, sino para probar una teoría y para probar ciertas cosas. Eso es lo que se hizo.”
“Sí, en el momento en que se empezó a poner en funcionamiento el LHC de forma gradual, probando las cosas de manera gradual, igualmente fue 5 ó 6 meses después que se logró el primer as girando en forma estable. Hubo un accidente, un problema eléctrico, que no se había pensado que podía ocurrir, que provocó una explosión y una parada del LHC durante mucho tiempo. Porque había cosas que no se habían podido prever, que podían suceder, pero siempre, en todo desarrollo complejo, cuando uno lo pone en marcha, siempre tiene una cierta aprehensión en el sentido de ¿qué es lo que no preví? Estamos hablando de un desarrollo honesto, de una cosa que uno no puede prever honestamente; no estoy hablando de algo criminal, no podemos prever todo, el riesgo cero no existe, la seguridad 100% de una cosa nueva no existe, por eso cada vez que se pone en ruta una cosa, siempre hay errores no previstos. Y con los errores se aprende también.”
“Eso es también una cosa muy importante del ser, esa mezcla de gente, de culturas, de formas, de hacer las cosas distintas, eso es muy importante también. En cuanto a lo estrictamente técnico, yo pienso que el ser tiene un gran porvenir, porque está basado en el trabajo de muchos países que necesitan eso. Es difícil de establecer un balance entre cuánto damos a la investigación pura, al desarrollo para un beneficio a lo mejor de cada 10 años y cuánto damos a lo que necesitamos urgentemente hoy. Pienso que ningún país, ninguna región se puede desarrollar en un sentido amplio sin un apoyo a la educación en todos los niveles, al desarrollo.”
Finalmente, el Ing. Gómez Costa recordó que “todo lo que yo pude hacer en el ser fue gracias a las bases que me enseñaron en la Universidad de Mar del Plata, en la Facultad de Ingeniería. En la educación pública. Todo lo que me dieron, todo lo que me enseñaron me sirvió de base para que después yo pudiese seguir construyendo y aprendiendo. Y de la Facultad de Ingeniería, del Laboratorio de Instrumentación y Control, de toda la gente con la que yo trabajé, mis profesores, mis colegas, que me permitió crear, tener una buena base para después seguir aprendiendo y seguir creciendo como ingeniero.”
13/01/2025