También anticipar los acontecimientos con relatos sencillos para disminuir su ansiedad, dar previsibilidad y evitar sorpresas perturbadoras cuando ocurran. Es conveniente estimular las interacciones con el hermano desde el primer momento, no es necesario recompensarlo o consolarlo por un hecho vital que enriquece plenamente su vida.

El nacimiento de un hermano es un momento de cambio en la familia en el que se pueden diferenciar tres etapas: período de alerta, previo al nacimiento, que posibilita la preparación y preelaboración mental.

El período de estado, luego del nacimiento, se caracteriza por el desasosiego, la desorganización y la manifestación ruidosa de síntomas y comportamientos reactivos esperables según edad, temperamento y vínculos ya establecidos: mayores demandas, transgresiones, berrinches, negativismo, regresiones, cambios en los patrones de alimentación y sueño, etc. EI período de resolución: a partir de una nueva reorganización familiar y de vínculos.

Los celos, son una consecuencia habitual frente al nacimiento de un hermano. EI adecuado desplegué de las funciones materna y paterna posibilita la resolución satisfactoria de esta crisis vital.

FUENTE: SOCIEDAD ARGENTINA DE PEDIATRÍA. DRA. DELIA BEATRÍZ SABBATINI M.PJ.N. 13529