El martes pasado pudieron viajar a la ciudad de La Plata la presidenta de la Asociación Semana Santa en Madariaga (ASSEM), Alejandra Botto, para volver con la grata noticia y papel en mano, dando por finalizada oficial y formalmente el proceso de normalización de la institución.

Para conocer más en profundidad el tema,  EL MENSAJERO dialogó con el abogado, Santiago Escobar quien se hizo cargo del proceso y quien en principio hizo hincapié en que “esto es un punto de llegada de un camino largo que se ha recorrido, y a la vez otro de inicio; y hay algo que es paradójico, la resolución que se notificó recientemente fue dictada en el mes de septiembre, en tanto que recién el martes los miembros pudieron viajar para notificarse. Esto ocurrió porque ASSEM no contaba con la solvencia económica para afrontar el viaje”.

“Tal vez no debería ser yo quien soslaye esto, pero las instituciones no son ajenas a las crisis económicas, y si de algo sirve este largo camino recorrido, es también para aprender de los errores que llevan a las irregularidades de no presentar la documentación anual obligatoria, elegir autoridades sin el procedimiento legal, y desde ya, no poder contar con los recursos económicos que encaminen los objetivos sociales que se proponen”.

EM: ¿Cómo era la situación de ASSEM?

S.E: En el caso de ASSEM, se debían más de 20 años de documentación, en más de una oportunidad sobreviviendo a base de rifas y ventas de empanadas, solicitando subsidios en los escritorios públicos y hasta con ayuda privada.

No hubo secretos ni recetas mágicas, la institución no abandonó en ningún momento cumplir con el objeto social, y ahí radicó la piedra fundamental: a pesar de los gobiernos, las crisis, la falta de dinero,  de las denuncias recibidas que retrasaron el proceso, a pesar que era más fácil romper y crear una institución nueva; el valor jurídico que se protegió es el rescate de la institución. No abandonar ese valor comunitario que los fundadores quisieron en aquel entonces. En ese sentido, ASSEM es intachable y merece sacarse el sombrero.    

EM: ¿Internamente fue difícil?

S.E: En cuanto a los conflictos internos se dio vuelta la página cuando a principios de año se celebró la Asamblea de socios, se contó con un veedor, se sobrepasó una denuncia interna, se sentó un precedente jurídico que si bien no comparto, se canalizó desde lo positivo para reforzar la idea comunitaria de la Asociación.

La Comisión Directiva electa se ha puesto a trabajar desde entonces, ahora es momento de que los socios cumplan con la cuota social, que valoren el esfuerzo de quienes se cargaron al hombro este tiempo de trabajo, y sobre todo, continúen en el camino de poner la institución por encima de los nombres.

EM: ¿Algo que quieras agregar y/o para reflexionar?

S.E: En definitiva, el papel traído es solo un símbolo para todos, porque marca una manera de hacer las cosas, y lógicamente traerá el recuerdo para los socios de que alguna vez se luchó durante 4 años para rescatar la institución. Desde lo jurídico los abogados abandonamos rápidamente los triunfos, y mucho más cuando hay instituciones en juego, porque sin ellas las comunidades se encontrarían sin contención, con la falta de otros actores sociales que vienen a ordenar la sociedad. Así que de afuera, solo resta ayudar para que esto continúe.