"MEZCLA DE PELIGRO Y ORGULLO":
No era fácil la vida en los Montes Grandes; una estadía en busca de "refugio y olvido" aunque sea por un tiempo podía dejar huellas, incluso entre aquellos gauchos matreros que venían de otros pagos.
Junto a un cómplice, llamado Pedro Rojas, un tal Luciano Miranda, un santiagueño de unos 25 o 30 años de edad, se había adentrado en ellos hacía un año atrás. La causa era que los venía persiguiendo un Teniente Alcalde, Don José Moreno, desde "Naranjos", por haber robado allí una tropilla y un caballo ensillado.
Pero el escondite "gratis" no le resultó...; el parte que recomienda su captura y señales particulares indica: "...disen que tiene una cicatris en la cara de un achazo que le pegaron hace tres ó cuatro meses por el lado de los Montes, es cuanto tengo que decir á ése Juzgado...".
Una mezcla de peligro y también profundo orgullo inspiraban los montes, ya que también el soldado Vicente Salazar, perteneciente al Batallón Guardia Provincial, destinado allí por orden del Superior Gobierno el 17 de abril de 1869, hijo de Celedonio Salazar y Gumersinda Velazquez, soltero, de 26 años de edad, color pardo, barba negra, y de 5 pies de estatura y 80 pulgadas, no dudó en mencionar a su superior militar para que escriba en la "papeleta" firmada por Don Federico Pinedo: "¿Nación?": Natural del Monte.