Semanas atrás, la revista “Conciertos” –vinculada con el ciclo “Conciertos en el Bosque”, que se lleva a cabo todos los años en Cariló- publicó una nota con el joven saxofonista madariaguense Andrés Jorge, quien actualmente se dedica de manera profesional a la música. En el momento de la entrevista, Andrés se encontraba trabajando en un crucero por el Caribe, en Bahamas.
Vale recordar que este joven posee raíces familiares en nuestra localidad, siendo hijo de un reconocido médico pediatra (Daniel) y de Mercedes Velarde; además de ser nieto de un ex intendente local (Eber Jorge).
A continuación, transcribimos la mencionada entrevista efectuada por Carlos María Meira, Director de la revista Conciertos.

-Andrés, sos un músico joven y ya has cruzado los mares y has tenido la oportunidad de tocar en muchos escenarios en América y...en otros singulares lugares. ¿Por qué no nos contás de estas últimas experiencias?
-Bueno, gracias a la música tuve la oportunidad de viajar por mi país, y en estos últimos anos, con esto de trabajar en los cruceros, conocer destinos que nunca imaginé que iba a transitar (en este momento estoy bajo el calor de Nassau. Bahamas ¡jajá!). La verdad que es una experiencia muy enriquecedora. más allá de lo musical: el intercambio cultural es enorme, el tocar casi todos los días en un teatro para casi mil personas (sí, adentro del barco!), y el desafío de interpretar diferentes repertorios, lo hace una oportunidad muy interesante, tanto en lo laboral como en lo humano y. en mi caso, como músico.

- Vos naciste en Madanaga ¿no? ¿Cómo surge en un lugar tan "de campo" esta inquietud por la música?
-En realdad nací en La Plata por esas cosas de la vida. . ja... ja. pero soy de Madanaga. como toda mi familia. A los días de nacer ya estaba instaladísimo en el 'pago querido". Y el tema de la música fue algo muy natural: el escuchar música en el auto de mi papá, el contacto con mi abuelo que fue una persona muy activa en la cultura de mi pueblo, y el rock que escuchaba con mis amigos en la temprana adolescencia hicieron a mi decisión de empezar a estudiar saxo a los 14 años. Ni hablar de haber conocido a esa edad a mi primer maestro, Beto Fischer gran músico y persona bisagra en mi vida.

-¿Por qué el saxo? No es un instrumento fácil. ¿Hubo alguna inspiración en algún músico que te impulsara a estudiar música sobre este instrumento? ¿Fue su sonido? ¿Su armonía?
-No sé muy bien porque el saxo. Obviamente bandas de rock nacional que escuchaba con mis amigos que que tenían saxo. un cassette que escuchaba mi papá en el auto. 'Contrafuego" del gran Raúl Camota (donde Márcete Chiodi de manera brillan¬te ejecuta saxo, flautas, quenas), y finalmente conocer a Beto fueron factores trascendentales. Por supuesto, empezó como un juego, finalmente y gracias a la vida termino siendo mi vocación y el camino elegido hasta el presente...

-¿Y eso te indujo a trasladarte a las 'luces de la ciudad"? ¿A seguir estudiando y "codearte" con el mundo del jazz?
-Buenos Aires es una de las capitales mundiales de la cultura y el arte, sin ningún tipo de dudas. Ali estudié una carrera de |azz. y con distintos músicos y maestros, como por ejemplo haber tenido el privilegio de estudiar 5 años con el maestro más importante de saxo y clarinete, a mi criterio, que dio nuestro país. Hugo Pierre: rosarino. amigo y compañero de ruta de mi gran referente Galo Barbien (del cual me llenó de anécdotas). Y no sólo encontrarme con gente del jazz, sino también, gracias al haber estado 6 años en la Orquesta Sudamericana, dirigida por Nora Sarmona, con músicos como Guillermo Klein. Juan Falú o uno de mis Ídolos. Hugo Fattoruso. entre otros, todos referentes de la música latinoamericana.

-Volvamos a estas experiencias marítimas que estas teniendo, por lo visto bastante seguido. Contanos cómo es tu vida a bordo.
-Como lo comenté un poco al principio, en este momento estoy en un crucero donde la tripulación está conformada por gente de 65 países, más o menos 850 personas la conforman, te imaginarás a la hora del almuerzo por ejemplo... ja...ja. un concierto de idiomas, costumbres e intercambio constante y muy enriquecedor de experiencias y vivencias. En cuanto a lo musical, el trabajo es bastante técnico, en este momento estoy con saxo alto, saxo tenor, clarinete y flauta. Hay que tener buena lectura y manejar algunos lenguajes de la música popular como jazz, funk, música latina entre otros, y hacemos shows tipo comedia musical, sets de jazz. acompañamos a diferentes artistas que se suben algunas semanas al barco. En fin, bastan¬te variada la cosa, y muchas veces un desafío desde lo instrumental

-Andrés, habitualmente les pedimos a nuestros músicos entrevistados que nos cuenten alguna experiencia "turístico-musical" que los haya marcado o que recuerden como muy especial. En tu caso imagino ya las tendrás por docenas ¿no? Ja, ja,ja
-Y...hay vanas, buenas y malas (algunas no tan lindas para contar ¡jajá!), desde toques "callejeros" en Europa, donde la policía no tenia un trato muy cordial con los músicos (para contarlo de una manera "amable"), o comprarme mi primer saxo Selmer, en un pueblito de la Florida, a un desconocido para mí, que luego terminó siendo el saxofonista de Gloria Estefan. O por ejemplo ahora: tocar en un teatro para 1000 personas (que dependiendo de la marea, a veces se mueve), adentro de un barco, en el medio del Caribe, con una orquesta conformada con gente de EE.UU., Filipinas, Brasil, Polonia, México o Rusia es una experiencia más que interesante y única...

-Te agradezco mucho nos hayas permitido compartir este viajecito y espero podamos seguir disfrutando de buenos momentos musicales contigo, en tierra, y, por qué no, embarcado—je. .je.
- Gracias a vos. Carlos, por el espacio y por permitirnos a los músicos que venimos detrás de los ya consagrados, a difundir nuestra obra y a compartir esto tan lindo que es la música. Un país, una ciudad o un pueblo crecen con cultura, y parte de esta cultura se desarrolla en festivales como Conciertos en el Bosque, del cual ya tuve la dicha de disfrutar, tanto arriba del escenario como abajo, siendo espectador. Hasta la próxima, nuevamente gracias.