Diré que el día 26 de noviembre cerca de las 6 de la mañana un móvil con dos policías femeninas se detienen frente a un grupo de 5 jóvenes entre 14 y 17 años en las calles San Martín y Rivadavia. Según algunos de los jóvenes estaban esperando que a dos de ellos se les pasara los efectos del alcohol y pudieran continuar caminando.
Estas oficiales llaman a mas unidades y llegan 6 móviles en algunos casos con cinco policías a bordo.
Comienzan los golpes con garrote, de puños, arrastradas y patadas, 30 oficiales contra 5 chicos, uno de ellos resulta con la rodilla hecha añicos, por lo cual es conducido al hospital esposado y a la rastra, los demás son llevados a la comisaría donde continua la paliza, interrumpida por la madre de ellos que va a buscar sus hijos menores y a cambio recibe maltrato verbal, amenazas y algún que otro empujón por parte de quien luego se dio a conocer como el comisario.
De las denuncias de los menores surge un relato escalofriante.
Tomo conocimiento del hecho porque recibo una llamada de la mama de tres de los menores a las 9 de la mañana de ese mismo día. Me dirijo al hospital y me encuentro con un cuadro muy desolador, entre la tristeza de la madre, el estupor de los que allí trabajaban y con los que pude hablar, y el dolor físico del menor, quien jugaba al fútbol, y si lo vuelve a hacer la recuperación sera larga y dolorosa.
En mi cabeza una sola pregunta: por que?
No aprendimos nada del caso Damian Sepulveda?
Es necesaria tanta violencia?
Tan mal preparada esta la policía que 30 oficiales no pueden reducir a 5 jóvenes flacuchentos?
Es necesario torturar, golpear, quebrar?
Y entonces saco mis propias conclusiones y diré:
Que la llamada violencia institucional es violencia del Estado, y como tal viola los derechos humanos.
No son sólo prácticas rutinizantes por las agencias estatales sino parte de una política represiva que se agudiza al calor de las políticas neoliberales, políticas que dan lugar a un proceso de profunda regresión social, desocupación, y una fuerte fragmentación y segmentación social.
La violencia institucional es una técnica de gobierno y control social de determinados grupos sociales, mayoritariamente jóvenes y pobres, sobre quienes se despliegan selectivamente dispositivos represivos, torturas sistemáticas y muertes..
En otras palabras, estos oficiales y sus jefes, están ahí porque alguien los puse. La idea?, generar esta represión.
Las autoridades estatales son responsables por acción u omisión de estas políticas de mano dura.
Esto no es seguridad. Estas políticas no sólo no frenan el delito sino que lo acrecientan pues se viola como nunca todos los derechos en los grupos mas vulnerables de la sociedad, y genera la peor violencia que sin dudas es la provocada por el estado.
Frente a este sistema de crueldad no hay aceptación ni naturalización posible. Sólo corresponde la inclaudicable decisión de luchar para cambiarlo.
Esto recién empieza.
Fabiana Ilarrescape