Gastón Caminata abraza desde hace muchos años una pasión, la que está referida con la conservación de nuestro mar, del planeta, de la naturaleza, del médano y de todo lo que tenga que ver con mantener nuestro ecosistema.
Hoy el mundo vive una pandemia, que analiza filosóficamente: “Nosotros somos una ONG, nos dedicamos al cuidado del medio ambiente @yoamomiplayaok y amamos ser humanos, pero dentro de esa cuestión de ser humanos tenemos que entender que somos el virus del planeta, y que nos llevamos puesto todo, hasta un planeta, entonces está bueno que hayamos parado, me parece que es el gran mensaje que vino a dejar este virus, el gran mensaje es ‘fijensé que los puse adentro de su casa y que paren un poco de todas sus actividades y fijensé como se regenera todo’ entonces es un gran momento para volver a lo normal, pero ¿Qué es lo normal? ¿Dónde todos estábamos viviendo y todas las cosas que estábamos haciendo en contra de nuestra propia existencia? Entonces me parece que a partir de eso tenemos que empezar a plantearnos un montón de cosas”.
Caminata tiene una oratoria desarrollada en sus convicciones, en conclusiones de años de chocar contra la pared de la incomprensión, pero si hay algo que reconocerle es que no desmaya, no da un paso atrás.
“A mí me gusta dividir el cuerpo humano en dos partes, una es la cabeza que es ego y que dice yo quiero cambiar el auto, irme de vacaciones, estar la moda, comprar y tirar, consumir cigarrillos, consumir carne que no me pregunto cual es el efecto sobre el planeta y otra cosa es corazón que está a nada más de 30 centímetros y uno empieza a decir, ‘¿si yo miro este documental y me informo, puedo ir a dar una charla, puedo dar una nota con un periodista, puedo buscar famosos para que estén dentro de este movimiento que es el cuidado del planeta?’, mucha gente nos dice que somos extremistas, y nosotros pensamos que todos los actos en contra de la salud del planetas son extremistas.
Los comentarios de Caminata están imbuidos de reflexión: “En general somos bastante irresponsables porque si fuéramos responsables haríamos cosas responsablemente, sin embargo no hay ningún motivo por el cual responsablemente haya una tabacalera abierta, absolutamente todos los médicos te dicen que no fumes, absolutamente todos los seres humanos sabemos que el fumar provoca un montón de daños sobre el planeta, inclusive ahora las cajitas dicen ‘una colilla contamina 50 litros de agua’, es demencial, es una locura, estamos desquiciados y seguimos queriendo que haya cigarrillos en los quioscos y cuando aumentan pegamos un grito, hoy yo se que hay quioscos que venden hasta 500 pesos un atado de cigarrillos por esto del virus que las fábricas cerraron, y va a quebrar el stock en todas las fábricas del país, nosotros lo agradecemos y pensamos ‘que buen momento para los fumadores en esta abstinencia que van a tener que tener, si o sí, empiecen a pensar y digan ‘lo dejé porque no había y ahora lo voy a dejar por amor a mi y a todos los demás’. El Papa Francisco en su Encíclica Laudato, dice que si un ser con un poquito de inteligencia desde otro lado nos está mirando diría que estamos recontra locos de la manera que tratamos la salud del planeta que nos da vida y nos deja acoger nuestra conciencia”.
De pronto su comentario se detiene en un obstáculo insalvable, en el de pensar que el gobierno recibe muchísima plata de las tabacaleras, y que por consiguiente el tema es muy complejo, pero hay que buscarle la solución. Un problema universal en el que convive la problemática del fumador y su salud y por otro lado, el hecho de la estadística mundial dice que 4.3 trillones de colillas de cigarrillos van a parar al suelo todos los años.
“A mí me encanta la idea de decir, yo sigo comiendo carne pero sé que un kilo de carne de vaca consume 15000 litros de agua, se que libera gas metano y que la industria es la más contaminante del planeta, y sigo comiendo carne, es un gran paso porque antes no sabíamos de esto, no se nos informaba, un gran paso es saber que estoy haciendo mal”, redondea.