Era hincha de Boca, y a los 11 años se perfilaba como una de las promesas del fútbol local. Había cursado Jardín de Infantes en el 904 "El Suri" y sus maestras me contaban que era uno de los más activos y generosos. Y en la primaria, también se mostraba como un pibe solidario. Y claro que lo era, porque tenía hermanos y muchas veces tenía que cuidarlos cuando su mamá trabajaba. La armonía de la familia se quebró cuando la enfermedad (maldito cáncer) se hizo presente sin consultar. Y la vida, que todos los días nos dice algo, esta vez nos mostró a todos su lado más inesperado y frágil. El pequeño león se hizo fuerte y enfrentó el peligro sin miramientos. Recibió transfusiones de sangre, hizo quimioterapia, incluso recibió un transplante de médula de su hermanita, para ver si la pelea podía ser más equitativa. Parecía que sí, porque el año pasado lo vimos en la fiesta del Día del Niño con una enorme torta por su cumple. Y el aplauso de todo el mundo fue mayor cuando dijo presente. Parecía que la batalla estaba ganada... Sin embargo, hace pocas semanas tuvo una recaída dura, que incluso hizo trastabillar a su fuerte mamá. Pero no se dio por vencido y la siguió peleando. Mientras, su llamita se iba apagando a pesar de todos los esfuerzos de los médicos con su ciencia y la gente con sus oraciones. Ayer, cuando recibí la noticia de tu partida, con solo 13 años, me sentí extraño. Porque vos, pequeño león, partiste hacia otros mundos llevándote todas las muestras de afecto de quienes te conocieron y de quienes no, pero como en mi caso te acompañamos siempre junto a tu mami. Casualidad, quiso el destino que vos Benjamín Galeano, te fueras el día de San Benjamín... Donde estés Benja, jugarás ese partido que acá no pudiste concretar. Seguramente lo harás con los ángeles y entre las nubes, para que cada vez que levantemos la vista te veamos con esa sonrisa pícara y compradora que nos regalabas siempre....